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Transmisión horizontal de SARS-CoV-2 a un infante prematuro

The Lancet

Reporte de caso

Fecha de publicación: 19 de mayo de 2020

Resumido por: Rebeca Martínez Archer

Revisado por: Dr. Santiago Batalla Garrido, MD.

 

Presentación del caso

  • Un paciente masculino, nacido a las 27 semanas de gestación, se presenta al Servicio de Emergencias (SEM) a las ocho semanas de vida tras dos días de problemas de alimentación, estornudos y disnea. En el período postnatal requirió tres días de ventilación por síndrome de distrés respiratorio neonatal y se egresó de la unidad neonatal diez días previo a la presentación actual.

  • No hubo casos de SARS-CoV-2 en la unidad neonatal previo ni posterior a su egreso, ni miembros del hogar sintomáticos.

  • Valoración inicial: falla respiratoria y shock séptico presuntivo, con acidosis láctica severa. Se inició resucitación y soporte respiratorio con una FiO2 inicial de 100%. Se inició terapia empírica intravenosa con cefotaxime, claritromicina, amoxicilina, gentamicina y aciclovir. La radiografía de tórax mostró opacidades bilaterales y presentó una RT-PCR positiva por SARS-CoV-2. Un hemocultivo de ingreso fue positivo por Staphylococcus epidermidis, por lo cual se inició vancomicina; sin embargo, los hemocultivos y cultivos de catéter subsecuentes fueron negativos. Los cultivos de líquido cefalorraquídeo, orina y secreciones respiratorias fueron negativos.

  • Día 8: fallo de ventilación convencional a altas presiones y empeoramiento de hallazgos radiográficos, consistentes con síndrome de distrés respiratorio agudo. Además, presentó aumento de IL-6, ferritina, deshidrogenasa láctica (DHL) y creatinina sérica. Se inició ventilación oscilatoria de alta frecuencia, óxido nítrico inhalado y se realizó pronación. Se optimizó la terapia con reemplazo de cefotaxime por meropenem e inicio de remdesivir. En los días siguientes presentó mejoría progresiva en la función respiratoria.

  • Día 16: cambio a ventilación convencional.

  • Día 22: extubación y paso a oxígeno de alto flujo con FiO2 de 25%.

  • Día 24: remoción de soporte respiratorio. Al momento de la publicación, el paciente permanece hospitalizado mientras se suspende la sedación; no presenta secuelas neurológicas y se alimenta normalmente.

Discusión

  • Dentro de la población pediátrica, hay una diferencia en la gravedad reportada de COVID-19 en relación con la edad. Los infantes con SARS-CoV-2 tienen una afectación más grave que niños mayores.

  • El paciente de este caso se presentó gravemente enfermo. Tuvo evidencia de disfunción renal, hepática y de médula ósea, probablemente como reflejo del estado de shock y no por efecto directo del virus ni por enfermedad tromboembólica. A pesar de la recuperación de la función medular, la linfopenia persistió.

  • La instauración de ventilación oscilatoria de alta frecuencia y óxido nítrico probablemente mejoró el desequilibrio de ventilación-perfusión, aliviando la hipoxemia.

  • Se desconoce la magnitud del beneficio de la pronación por el traslape con otras modificaciones en la ventilación.

  • No se puede descartar la posibilidad de un trombo pulmonar, ya que no se realizó una TAC.

  • Debido al deterioro en la función pulmonar en el octavo día, se consideró la posibilidad de una respuesta hiperinflamatoria. Una concentración elevada de IL-6 se ha considerado predictiva de falla respiratoria. Al momento del deterioro respiratorio, la concentración de IL-6 se encontraba elevada. La mejoría respiratoria de este paciente parece haber estado asociada con una disminución de IL-6, ferritina y lactato deshidrogenasa (LDH), más que una disminución en la carga viral, lo cual sugiere que la respuesta inflamatoria del huésped puedo haber sido un factor importante de la falla respiratoria.

  • La carga viral estable del paciente sugiere que el remdesivir no fue importante en su mejoría clínica.

Conclusión

  • SARS-CoV-2 puede causar una enfermedad grave en infantes, resultando en lesiones multiorgánicas.

  • La gravedad de la enfermedad respiratoria puede estar relacionada con la respuesta inflamatoria.

  • Se recomienda monitorear la inflamación en la enfermedad pediátrica grave, cuya modulación podría representar un potencial tratamiento.


Bibliografía: Cook J, Harman K, Zoica B, Verma A, D’Silva P, Gupta A. Horizontal transmission of severe acute respiratory syndrome coronavirus 2 to a premature infant: multiple organ injury and association with markers of inflammation. The Lancet. 2020;4:548-551. Disponible en: https://doi.org/10.1016/ S2352-4642(20)30166-8.




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