British Medical Journal
Artículo Original
Fecha de publicación: 28 de abril del 2020
Resumido por: Adriana Montalván Guasch
Revisado por: Dr. Manuel E. Soto-Martínez, MD MSc.
La baja incidencia de infecciones por COVID-19 confirmadas en niños nos lleva a varias preguntas: ¿Será que los niños no se infectan o a que los niños presentan una enfermedad benigna de la vías respiratorias superiores? Si los niños sí se están infectando ¿tienen potencial de infectar otros niños y/o a adultos? Si es así, ¿por cuánto tiempo? Estas preguntas clave necesitan una respuesta.
Desde los primeros reportes del SARS-CoV-2 existe una gran discrepancia en la incidencia y pronóstico entre niños y adultos con COVID-19. Sin embargo, las implicaciones de niños asintomáticos pero con potencial de infectar a la comunidad son importantes.
Si los niños son los transmisores principales del SARS-CoV-2, entonces la propagación silenciosa causada por aquellos que no alarman a las autoridades de su infección puede ser un serio estímulo para la transmisión comunitaria. Bajo esta presunción, pero sin evidencia, es que se ha implementado el cierre de escuelas en un intento por poner un alto a la propagación potencial de la enfermedad.
Datos iniciales de Shenzhen, China, mostraron tasas similares de infección en adultos y niños confirmando aparentemente el rol de los últimos en la transmisión del COVID-19. Sin embargo, la historia ha evolucionado. Algunas regiones, entre ellas Islandia, mostraron que los niños presentaban significativamente menos infecciones por COVID-19, ya que no se identificó ninguna prueba positiva por SARS-CoV-2 en niños menores de 10 años, en comparación con 0.8% de la población general. Por lo tanto, existe incipiente evidencia de que los niños podrían infectarse significativamente menos que los adultos.
La siguiente interrogante clave es sobre la habilidad de los niños infectados de transmitir el SARS-CoV-2. Una colección de clusters familiares internaciones demostró que los casos índices son los adultos en más del 80-90% de lo clusters. De la misma manera, en un estudio realizado en Australia, ninguno de los 735 estudiantes o 128 trabajadores de una escuela contrajeron COVID-19 a pesar de estar en contacto cercano con 18 casos iniciales.
A la actualidad, los datos sobre los efectos del COVID-19 en niños con comorbilidades son escasos. Sin embargo, los datos pediátricos disponibles del CDC muestran que el 23% de los casos confirmados y el 77% de los hospitalizados presentaban al menos una comorbilidad (más frecuentemente respiratoria).
A pesar de estos datos alentadores, la mayoría de los intervenciones en salud pública han asumido que los niños con comorbilidades pertenecen a la población de alto riesgo. A muchos pediatras les preocupa que estas suposiciones tengan efectos deletereos en la esferas sociales y educativas de estos niños.
Debido a que posiblemente no habrá datos sobre la seroprevalencia en un futuro cercano no podremos contestar estas preguntas con certeza y las intervenciones no farmacológicas que involucren a los niños tendrán que hacerse bajo un análisis de riesgo-beneficio según la evidencia disponible en este momento. Es posible que sesgos de selección o pruebas falso-negativas (debido a la dificultad de realizar las pruebas en niños) contribuyan a los hallazgos existentes.
Los autores del artículo sintetizado consideran que los gobiernos deberían autorizar a los niños a regresar a sus escuelas sin importar sus comorbilidades y que se debe analizar cuidadosamente los datos para confirmar la seguridad de esta medida. La nueva vasculitis similar a Kawasaki resaltada por los medios, que puede o no ser secundaria al SARS-CoV-2, no cambia el hecho de que el COVID-19 grave es raro en niños, como lo son otros síndromes infecciosos que no ameritan el cierre de escuelas. Los médicos deben hacer un análisis del riesgo y toma de decisiones de manera individualizada para condiciones que impresionen un riesgo excepcional.
Bibliografía: Munro APS, Faust SN. Arch Dis Child Epub ahead of print: [please include Day Month Year].
doi:10.1136/archdischild-2020-319474
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