The Lancet
Opinión
Fecha: 12 de Junio de 2020
Resumido por: Gal Saffati Grunhaus
Revisado por: Dra. Gloriana Loria, MD
Introducción:
Las medidas de distanciamiento físico para contener la propagación de COVID-19 han eliminado muchas fuentes de conexión social cara a cara de la vida de las personas, lo que podría afectar la salud mental, particularmente en la adolescencia, un período de la vida caracterizado por una mayor necesidad de interacción entre pares.
La adolescencia es un periodo sensible del desarrollo social
En este periodo ocurre el desarrollo del cerebro social, involucrado en la percepción social y cognición que nos permite comprender a otros.
También es un periodo de gran vulnerabilidad para problemas de salud mental.
Los efectos de la privación social en el cerebro y el comportamiento de los adolescentes: evidencia de modelos animales:
Es difícil estudiar la soledad en el ser humano, pero hay estudios en animales que documentan los efectos causales de la privación social, incluido el aislamiento completo, sobre el desarrollo cerebral y del comportamiento durante la adolescencia animal.
Una investigación con roedores demostró que el aislamiento social causa cambios sustanciales en el cerebro y el comportamiento, especialmente si ocurre durante desarrollo, por un efecto dual:
Efecto estresor del aislamiento
Deprivación de estímulos para mantener los mecanismos neurobiológicos
Efectos conductuales de la privación social en modelos animales:
Aunque los efectos negativos del aislamiento social en el desarrollo muy temprano están relacionados principalmente con la falta de atención materna, es la interacción con los pares lo que es importante para los animales adolescentes.
Una corta duración de aislamiento en roedores adolescentes puede causar un aumento de la ansiedad, hiperactividad, y una mayor sensibilidad a las recompensas sociales, que se extiende a la búsqueda de recompensas por alimentos o drogas, lo que hace que estos animales sean particularmente propensos a desarrollar adicciones.
El aislamiento puede tener consecuencias negativas a largo plazo que no son fáciles de remediar.
Los procesos cognitivos, como el aprendizaje y la atención, también se afectan y dan como resultado una disminución del rendimiento en tareas que involucran estos procesos.
Efectos cerebrales de la privación social en modelos animales:
La privación social completa durante la adolescencia de los roedores afecta el desarrollo del cerebro, principalmente afectando los procesos de motivación y recompensa.
Los cambios químicos incluyen alteraciones en los niveles de serotonina, y la dirección de los efectos difiere entre las regiones del cerebro. Por ejemplo, la corteza prefrontal muestra una mayor actividad serotoninérgica, mientras que otras áreas del cerebro, como el hipocampo, muestran una menor actividad.
Se ha propuesto que estas alteraciones son la base de los cambios de comportamiento observados, como un aumento de la ansiedad y la hiperactividad que se dan incluso si no están completamente aislados.
Relacionando estudios de aislamiento en animales y humanos:
No está claro qué tan bien se corresponden las necesidades sociales de los roedores con las necesidades sociales de los humanos, ya que la socialidad humana es mucho más compleja.
Estudios de aislamiento en humanos muestran que el aislamiento resulta en aumento de sentimientos de soledad, deseo de contacto social y disminución de la felicidad.
Los estudios en animales revisados sugieren que las consecuencias de la privación de las necesidades sociales durante la adolescencia pueden tener efectos negativos que se asemejan a las características de los trastornos neuropsiquiátricos humanos y en el desarrollo cognitivo social en general, debido a la falta de experiencias para el aprendizaje social.
Se necesita futuros estudios para comprender si los efectos de la privación social que se encuentran en los estudios con animales pueden extenderse para aplicarse a los adolescentes humanos.
Medios digitales de conexión social:
Las aplicaciones digitales han facilitado la posibilidad de interacción entre adolescentes.
El uso activo de las redes sociales ha mostrado ser beneficioso, mientras que el uso pasivo puede tener influencias negativas.
Las consecuencias del uso de las redes sociales dependerán del individuo:
Aquellos que ya tienen fuertes amistades fuera de línea podrían beneficiarse más de la interacción
Mientras que aquellos con riesgo de problemas de salud mental podrían ser más susceptibles a los efectos negativos (por ejemplo, las víctimas de “bullying”).
Es difícil analizar los efectos únicos de las redes sociales y la tecnología digital en los adolescentes, sin embargo, ciertos aspectos de la comunicación digital pueden generar conexión social y podrían, por lo tanto, mitigar las consecuencias del distanciamiento físico.
Conclusión:
Los adolescentes se encuentran en un período único de sus vidas en el que el entorno social es importante para funciones cruciales en el desarrollo del cerebro, la construcción del autoconcepto y la salud mental.
Se desconoce si los efectos del aislamiento social encontrados en animales se pueden extrapolar a los humanos.
Se desconoce cuánto tiempo estarán vigentes las medidas de distanciamiento físico y cómo afectarán el desarrollo y la salud mental a largo plazo.
Se deben tomar en cuenta cómo afectarán otros factores estresantes experimentados por los adolescentes durante la crisis del COVID-19, incluidas las presiones económicas, la incertidumbre y la pérdida de eventos públicos que marcan etapas clave de la vida.
Bibliografía: Orben A, Tomova L, Blakemore S, et al. Lancet Child Adolesc Health 2020; 4:634–40. doi.org/10.1016/ S2352-4642(20)30186-3
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