JAMA Pediatrics
Artículo de opinión
Fecha de publicación: 3 de abril de 2020
Resumido por: Rebeca Martínez Archer
Revisado por: Manuel E. Soto Martínez MD MSc.
Introducción
El virus SARS-CoV-2 fue primero identificado en Wuhan, China luego de un brote de neumonía de causa desconocida en diciembre de 2019. La mayoría de los casos tempranos reportaron exposición a un mercado de animales.
Contexto
Los coronavirus causan un amplio rango de enfermedades. Manifestaciones clínicas frecuentes de COVID-19 en adultos incluyen fiebre, tos, mialgia, disnea, cefalea y diarrea.
En un grupo de más de 72000 pacientes con COVID-19 en China, la mayoría (81%) tuvieron afectación leve, 14% tuvieron manifestaciones graves y 5% estuvieron críticamente enfermos.
Factores de riesgo: edad avanzada y condiciones preexistentes.
Mortalidad (China): 2,3%, aunque podría ser una sobreestimación por no incluir casos leves y asintomáticos.
Transmisión: principalmente por gotículas. Otras formas de transmisión (e.g., fomites, fecal-oral) son posibles.
Período de incubación mediano (rango): 5 días (2-14 días).
Tratamiento: en este momento, el cuidado es de soporte para pacientes con enfermedad grave. Aunque hay vacunas en desarrollo, se espera que estarán listas para amplia distribución en, al menos, un año.
¿Qué se sabe sobre COVID-19 en niños?
Contrario a lo que ocurre típicamente con la influenza, en niños se ha observado una menor tasa de COVID-19 que en adultos, con muertes inusuales por esta causa. En China, un 1,2% de los casos se presentaron en pacientes de 10 a 19 años y 0,9% en menores de diez años. Sólo ocurrió una muerte en un adolescente y no hubo muertes en menores de diez años.
En un análisis de 2143 casos pediátricos, los infantes tuvieron mayor riesgo de desarrollar enfermedad grave (10,6%) comparado con niños mayores (3,0-4,1%).
Las manifestaciones clínicas en niños parecen ser similares a las de adultos, presentándose comúnmente con fiebre, fatiga, tos seca y otros síntomas respiratorios; las manifestaciones gastrointestinales fueron infrecuentes.
No hay evidencia convincente de que ocurra transmisión intrauterina y se desconoce si el SARS-CoV-2 puede transmitirse a través de la lactancia.
A pesar de que los niños en China han tenido menor frecuencia de infección y muerte, si presentan una infección asintomática pueden ser una fuente de contagio para adultos.
Los niños con condiciones preexistentes podrían ser más susceptibles a COVID-19.
Consideraciones para profesionales de la salud pediátricos
Deben realizarse cambios para aislar en salas de espera a niños con sospecha de COVID-19.
En comunidades con amplia transmisión del virus debe considerarse lo siguiente:
Limitar las visitas de niños sanos a servicios de salud por motivos no urgentes. Sin embargo, deben continuar las visitas de neonatos y lactantes para cuidados preventivos y las visitas para vacunación.
Establecer un triaje telefónico robusto y expansión de teleconsultas.
Realizar intervenciones de mitigación, tales como el cierre de escuelas, cancelación de eventos de aglomeración masiva y cierre de lugares públicos. Pediatras deben abogar por el alivio de consecuencias no intencionales de estas medidas, como buscar maneras de mantener la alimentación de aquellos que dependen de las comidas de las escuelas y proveer soporte psicológico para el manejo de estrés.
Puntos clave
Los profesionales de la salud deben trabajar con los líderes de las escuelas y comunidades para implementar intervenciones que reduzcan la diseminación del virus y prevenir el desarrollo de enfermedad grave y muerte, mientras se busca minimizar las consecuencias no intencionales de estas medidas sobre los niños.
Bibliografía: Rasmussen SA, Thompson LA. Coronavirus Disease 2019 and children: what pediatric health care clinicians need to know. JAMA Pediatr. 2020;174(8):743-744. DOI: 10.1001/jamapediatrics.2020.1224
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