BMJ
Artículo de opinión
Fecha de publicación: 18 de mayo de 2020
Resumido por: Yirlany Padilla Ureña
Revisado por: Manuel E. Soto-Martínez, MD MSc
La pandemia por COVID-19 parece haber pasado por alto a la población pediátrica con tan solo un 0.9-1.7% de todos los casos reportados en China y USA.
La población de países de bajos recursos, incluida la población pediátrica, es más susceptible a verse afectada en mayor grado, directa e indirectamente, en comparación con países de altos recursos. Las principales razones incluyen la alta carga de VIH, tuberculosis y malnutrición, mal manejo de enfermedades no transmisibles, hacinamiento, condiciones de inseguridad y condiciones salubres inadecuadas.
Además de las medidas estrictas de contingencia, se sugiere que los líderes de los servicios de salud en países de bajos recursos sigan 3 intervenciones claves en el manejo de la emergencia sanitaria: adecuada oxigenación, protección del personal sanitario, mantener servicio de rutina.
1. Adecuada oxigenación
En muchos países el oxígeno suplementario es un recurso limitado, especialmente en áreas rurales. Proveer solamente oxígeno ha demostrado reducir la mortalidad hasta en un 35% en niños con neumonía.
Una adecuada oxigenación no es solo proveer un cilindro de oxígeno, también se debe considerar que estos duran aproximadamente 2-3 días, que representan una gran carga económica y que además la logística es complicada. Otra consideración importante es la capacidad de detectar a los pacientes hipoxémicos. Una adecuada oximetría de pulso permite tamizar a los pacientes y evitar exposiciones innecesarias a los servicios de salud con riesgo de transmisión del SARS Cov-2.
Recomendación: valorar la capacidad de proveer oxígeno a niños y adultos, identificar las carencias y procurar fuentes adicionales de oxígeno. La OMS enfatiza la importancia de un triage, plan de egreso y seguimiento adecuados para todos los pacientes que busquen atención médica.
2. Protección del personal de salud
La mayoría de los países de recursos bajos están poco preparados y además, poco equipados.
Recomendaciones: cuando las pruebas sean limitadas una estrategia efectiva consiste en separar a los pacientes en el Servicio de Emergencias entre sospechosos de COVID-19 y no sospechosos. Además se deben hacer esfuerzos para proveer jabón y alcohol en gel y reforzar las cadenas de suministro de equipo de protección personal. Proveer una adecuada oxigenación en lugar de escalar a ventilación mecánica, es una medida de protección para el personal de salud ya que este procedimiento es el que más riesgo de transmisión acarrea.
3. Mantener servicios de rutina
Para niños de países de bajos recursos, la pandemia conlleva muchos riesgos indirectos como disrupción de servicios de salud, aislamiento social y dificultades económicas, que pueden cobrar más vidas que el virus como tal. Todas las patologías agudas y crónicas, así como seguimiento médico en pacientes de alto riesgo y las inmunizaciones necesitan continuarse.
Recomendación: mantener los servicios básicos de salud y los servicios sociales para los niños y sus familias debe ser una prioridad. En niños, es de vital importancia mantener los esquemas de vacunación (incluyendo vacuna de influenza).
Conclusión
Los hospitales deben hacer lo que tengan capacidad de hacer, y deberán hacerlo muy bien.
Referencia bibliográfica: Duke T, English M, Carai S, Qazi S. Paediatric care in the time of COVID-19 in countries with under-resourced healthcare systems. Archives of Disease in Childhood. 2020;105(7):616-617. Doi: 10.1136/archdischild-2020-319333
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